HISTORIA Y CARISMA
Santa Claudina Thévenet
SANTA CLAUDINA THEVENET
Claudina Thévenet nace en Lyon, Francia, el 30 de marzo de 1774. Tras vivir las duras experiencias de la Revolución Francesa y el fusilamiento de dos de sus hermanos, comprende que lo que el mundo necesita urgentemente es descubrir la existencia de un Dios bueno que quiere sin condiciones a los hombres. Esa es su experiencia personal y el legado que le dejaron sus dos hermanos antes de morir: “Perdona como nosotros perdonamos”. Este momento marca un rumbo decisivo en su vida. Tiene 19 años. Ya antes de terminar la guerra, inicia un apostolado clandestino, defendiendo, junto con otras jóvenes, la fe de Cristo y su mensaje evangélico. No le dejan tampoco indiferente las palabras de sus hermanos.és de nuestros Centros JM (colegios, centros comunitarios, terapéuticos, etc.) queremos participar en la construcción del Reino. Laicos y religiosas trabajamos juntos como compañeros en misión.
Claudina responderá a las llamadas que le vienen de estas necesidades. Dedica todo su interés a los niños y los jóvenes que viven abandonados y sin conocer a Dios. Un día, acoge a dos huérfanas abandonadas en el pórtico de la Parroquia de San Nizier.
En ese momento, con la colaboración de compañeras jóvenes y acompañadas por el Padre Coindre, nace una primera Providencia que recibirá el nombre de Providencia del Sagrado Corazón; estamos a finales de 1815. La noche del 5 al 6 de octubre de 1818, Claudina deja a su anciana madre para instalarse definitivamente en una humilde casa, apenas amueblada. Con una obrera, una huérfana y un telar de seda, Claudina acaba de fundar la Congregación de las Religiosas de Jesús-María, “Me parecía haberme lanzado a una empresa loca sin ninguna garantía de éxito”.
Y la obra se desarrolla y crece bajo la dirección de Claudina. Su principal objetivo es la educación de los niñas y de las jóvenes, con una clara preferencia por las más desfavorecidas. Su pedagogía se basa en el amor, en la bondad, en la atención a cada persona y en el espíritu de familia.
El 3 de febrero de 1837, un viernes, a las tres de la tarde, muere en la casa de Fourvière. Claudina, que había tenido una experiencia profunda de la bondad de Dios, se dio totalmente a Él. Sus últimas palabras: “Qué bueno es Dios” indican el talante de esta gran mujer que se dejó guiar por el Espíritu Santo.
Santa Claudina Thévenet fue beatificada el 4 de octubre de 1981 y canonizada el 21 de marzo de 1993. Ambas ceremonias fueron presididas por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro.
La congregación, esencialmente
apostólica, tuvo, desde sus comienzos una rápida expansión misionera: en 1842,
a sólo veinticuatro años de su fundación, partían ya las primeras religiosas
para la India. En 1850 iniciaron su misión apostólica en España, de donde
habrían de salir las fundadoras de Argentina en 1912.
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